10.4.14

Una despedida ausente

Una de las últimas etapa de esta aventura de inmigrar es el decir adiós, y hoy me embarco en la ruta que podría definirse como el inicio del resto de nuestras vidas sin haber tenido la oportunidad de decir adiós: adios a mi tierra, mi gente, mi casa, mi carro y hasta mi cama; adiós a los vecinos, amigos, familia, mis padres, mi hermana y un sin fin de personas que habitan en mi corazón.

En estos momento me doy cuenta de la importancia que tiene poder quemar esta etapa. Decir adiós a los morochos recién nacidos que no pude conocer. Decir adiós a la prima con quién no pude compartir la alegría de graduarse en la universidad. Decirle adiós al ahijado a quién no podré acompañar en su acto de graduación en representación de su padre. Decir adiós a la primita que ahoga la emoción de cumplir 15 años. Decir adiós a mi abuela a quien ruego a dios me permita volver a ver. Decir adiós a esos abuelos primerizos que no han tenido la dicha de disfruta plenamente de su nieta. Decir adiós a mi vida, a mis costumbres, a mi barrio, a quién fui (o debería decir a quien soy y seguiré siendo).

Estoy convencido que esta nueva tierra nos espera con los brazos abiertos, que estaremos muy bien formando finalmente un hogar como lo habiamos estado soñando, y que alcanzáremos esas metas que tenemos planteadas. Sólo que me llena de nostalgia pensar tener que irme tan lejos de mis seres queridos para lograrlo, y a su vez estar distante de las alegrías y tristeza que ellos atraviesen.

Desde la distancia me despido con un "hasta luego", pues en algún lugar de los 4 puntos cardinales nos volveremos a ver. 

PD: dedico este post a mi familia, mil gracias a todos por su apoyo y no olviden que los amo profundamente.


1 commentaires:

Pronto estaremos juntos de nuevo familia, los amo.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More