Mi primera sorpresa: el clima! Llegamos a las 5 p.m. y estaban haciendo 36 grados, a los dos días a las 8 a.m. hacían 11 grados! Este clima es demasiadooooo cambiante! Es el típico clima de desierto, pero un poco más loco, donde las mañanas y las noches son más frescas y los mediodias y las tardes son más calientes.
La sorpresa más agradable: La gente! Ya cansados de la habitación del hotel decidimos mudarnos a una suite estilo aparthotel, más económica, más amplia y con una pequeña cocina con lo más básico. Pero lo mejor de las suites son sin duda alguna las chicas que aqui trabajan, y es que todas sin excepción son un AMOR! No sólo ya se ganaron a Victoria, que las ve y se ríe y se emciona y juega con ellas... sino que además también se ganaron mi cariño! Pues siempre están pendientes de mi y la bebé y a la orden para cualquier cosa que necesitemos... Por otra parte, la gente del trabajo, la gente en la calle, todos son muy simpáticos, amables y dispuestos a ayudar sin dudar. Un ejemplo: preguntamos a un señor en la calle dónde quedaba un cajero automático, el señor no supo decirnos pues no recordaba ninguno, así que seguimos nuestro camino y el siguió delante de nosotros. Unos minutos más tarde, el señor se devolvió hasta donde estábamos sólo para decirnos que más adelante había uno que acababa de ver... que tal?!
Aun no hemos tenido oportunidad de conocer mucho la ciudad y sus alrededores, pero una de las cosas que salta a la vista apenas aterrizar es el hermoso cerro La Silla (porque parece una silla de montar), que me recuerda lo bonito que es vivir con cerros y montañas alrededor de la ciudad...
Foto actualizada de mis archivos
;-)
